En un momento llega y me dice: "Mamá, me aceptaron en la Universidad, finalmente tengo un lugar para medicina”, la sonrisa le llegaba de lado a lado de la cara y lo vi tan feliz que deseé que esos segundos no se hubieran acabado jamás. Me disfruté su cara, su sonrisa, sus palabras, sus gestos y por supuesto, sus hoyuelos. Yo también era inmensamente feliz.
Entonces, como suele sucederme, me quedé pensando ¿qué va a pasar conmigo cuando se vaya realmente de la casa? ¡Cómo lo voy a extrañar!
.....
Nueve meses de espera, por fin llega el día soñado, tenemos entre los brazos un pedacito de cielo con el que Dios, en su infinita bondad nos ha bendecido, algo cuya vida depende enteramente de nosotros.
Y así pasa el tiempo, en una espera disfrutable pero ligera, donde aguardamos con entusiasmo sus primeras palabras, sus primeros pasos, su primera experiencia en todo.
Y llega la escuela con cada uno de sus grados, gozamos y celebramos sus triunfos, nos comparte sus ideas, sus experimentos, sus dudas, nos acosa con preguntas, que cada día nos cuesta más trabajo responder.
Entonces nos damos cuenta que nuestro bebe ya no lo es, ahora es un niño que crece a pasos agigantados, convirtiéndose en un adolescente y luego en un adulto que ya piensa en dejar el nido que antes lo cobijó.
Y nos sorprende ver cómo ha crecido y como ahora es más independiente, muy en el fondo, nunca dejamos de verlo como niño y pensamos que todavía nos necesita.
El Nido Vacío
Y cuando tiene que partir, y no precisamente porque lo llame el matrimonio sino porque entra a la Universidad que se encuentra distante, sentimos un gran vacío, una inmensa melancolía y añoranza por los tiempos felices … así transcurre el tiempo y seguimos extrañando al que dejó el nido y voló en busca del suyo propio.
La rutina cambia, ya no tenemos que realizar platillos especiales, se terminaron los juegos, las pláticas, el cine, las lecturas, las preocupaciones por la noche, los regaños por llegar tarde, ya no hay a quien despertar por las mañanas ni a quien esperar.
¿Suena triste? Sí pero todo fluye, pasa y se asimila. Si pensamos que nuestro hijo está madurando, que ya toma sus propias decisiones, que vuela con sus propias alas pero con responsabilidad… entonces todo parece cobrar sentido.
Y más si recordamos que nosotros también alguna vez volamos…y regresamos al nido… es la ley de la vida.
La experiencia común.
Desde hace años se ha acuñado el término de "emptynest" (nido vacío) y es esa sensación de soledad acompañada de depresión e inutilidad. Toda una vida sirviéndole a tus hijos y de pronto te das cuenta que ya no sirves para nada más. Debe ser difícil, más aún si eres de esas madres a las que su vida gira en torno a los hijos.
El nido vacío es una condición psicológica que afecta mayormente a mujeres. Es normal y natural sentir ese vacío cuando los hijos se van a la Universidad, se independizan o se casan. Hoy en día hay tantas herramientas para mantenerse en contacto que la comunicación no debería ser un problema.
El nido vacío es una condición psicológica que afecta mayormente a mujeres. Es normal y natural sentir ese vacío cuando los hijos se van a la Universidad, se independizan o se casan. Hoy en día hay tantas herramientas para mantenerse en contacto que la comunicación no debería ser un problema.
Un hermoso poema.
Hay que aceptarlos con esa condición,
hay que criarlos con esa idea,
hay que resignarse con esa realidad.
No es que se van... es que la vida se los lleva.
hay que criarlos con esa idea,
hay que resignarse con esa realidad.
No es que se van... es que la vida se los lleva.
Ya no eres su centro.
Ya no eres propietaria, eres consejera.
No diriges, acepta. No mandas, te resignas.
No proyectas, te ordenan.
Ya no eres propietaria, eres consejera.
No diriges, acepta. No mandas, te resignas.
No proyectas, te ordenan.
Ya necesita otra mujer,
otro nido y otras perspectivas.
otro nido y otras perspectivas.
Ya le crecieron las alas y quiere volar.
Ya le crecieron las raíces y maduró por dentro.
Ya pasó las borrascas de la adolescencia y tomó el timón.
Ya miró de frente la vida y sintió el llamado, la seducción,
para vivirla por su cuenta.
Ya le crecieron las raíces y maduró por dentro.
Ya pasó las borrascas de la adolescencia y tomó el timón.
Ya miró de frente la vida y sintió el llamado, la seducción,
para vivirla por su cuenta.
Ya sabe que es capaz de las mayores aventuras,
y de la más completa realización.
y de la más completa realización.
Ya tiene un amor que lo envuelve,
una vocecita que lo endulza,
y una mano joven que lo convenza
y lo lleve al fin que quiere conseguir.
una vocecita que lo endulza,
y una mano joven que lo convenza
y lo lleve al fin que quiere conseguir.
Ya no le caben las raíces en tu maceta,
ni le basta tu abono para nutrirse,
ni tu agua para saciarse,
¡ ni tu protección para vivir !
ni le basta tu abono para nutrirse,
ni tu agua para saciarse,
¡ ni tu protección para vivir !
Quiere crecer en otra dimensión,
desarrollar su personalidad,
enfrentar al viento de la vida,
al asombro del amor y
al rendimiento de sus facultades.
desarrollar su personalidad,
enfrentar al viento de la vida,
al asombro del amor y
al rendimiento de sus facultades.
Tiene un camino y quiere explorarlo,
lo importante es que sepa desandarlo.
lo importante es que sepa desandarlo.
Tiene alas y quiere abrirlas.
Lo importante es que sean limpias,
de un vuelo alto y de conciencia recta.
Lo importante es que sean limpias,
de un vuelo alto y de conciencia recta.
Tiene juventud y quiere vivirla.
Lo importante es el corazón sensible,
la libertad controlada y la pasión contenida.
Lo importante es el corazón sensible,
la libertad controlada y la pasión contenida.
Que la rienda sea con responsabilidad,
y la formación, llena de luz.
y la formación, llena de luz.
Tú quedas atrás.
En el cimiento de su edificio.
En la raíz de su árbol.
En la corteza de su estructura.
El lo sepultado en su corazón.
En el cimiento de su edificio.
En la raíz de su árbol.
En la corteza de su estructura.
El lo sepultado en su corazón.
Tú quedas atrás.
En la estela luminosa que deja el barco al partir.
En el beso que le mandas.
En el pañuelo que lo despide.
En la oración que lo sigue.
¡ En la lágrima que lo acompaña !
Tú quedas siempre fija... pero cambias de lugar.
En la estela luminosa que deja el barco al partir.
En el beso que le mandas.
En el pañuelo que lo despide.
En la oración que lo sigue.
¡ En la lágrima que lo acompaña !
Tú quedas siempre fija... pero cambias de lugar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario