martes, 11 de enero de 2011

Honra tu palabra


Hoy ante el inicio de esta aventura y dado que al compartir mi sentir y pensar estaré haciendo uso del lenguaje, quiero subrayar la importancia de las palabras en nuestra vida, hay muchos que han hablado y escrito al respecto, pero todos coinciden en que las palabras tienen una gran fuerza creadora y son impulsoras de grandes cambios.
Sólo basta con pensar en el texto hermoso de algún buen libro o poema que produjo en nosotros sublimes sensaciones, que renovó nuestro espiritu.
Acordarnos del diálogo de una buena película, la carta de amor ya tan poco utilizada, la letra inspiradora de una canción... eso sin contar con las cortas frases de los pequeños que recién empiezan a hablar y que nos roban el aliento y elevan la autoestima... Mamá te quiero ... eres la mejor del mundo!!

Ciertamente el principio de año siempre es bueno para escuchar y leer lecturas que nos motiven, ya que tenemos la mayor energía y voluntad para mejorar, por eso quiero sacar a relucir el libro del Dr. Miguel Ruiz, "Los Cuatro Acuerdos", donde nos propone cuatro acuerdos básicos para entender el verdadero significado de la vida donde el paraíso en la tierra es posible, sólo si uno tiene la voluntad de tomarlos:
1. Se impecable con la palabra, 2. No te tomes nada personalmente, 3. Nohagas suposiciones, 4. Haz siempre lo mejor que puedas.

El primer acuerdo es tan especial para mí, porque significa que literalmente debo cuidar lo que sale de mi boca, también lo que escribo, con mayor razón si mi profesión es la comunicación. Soy en gran medida lo que hablo y si no honro mis palabras, no me honro a mí misma y por lo tanto no me amo. Honrar mis palabras significa que debo ser coherente con lo que pienso y con lo que hago. Que tal!!
Pero el poder de las palabras va más allá, ya que crean mundos, realidades y, sobre todo, emociones. Las palabras son mágicas: de la nada y sin materia alguna se puede transformar lo que sea. Con las palabras podemos salvar a alguien, hacerle sentir bien, transmitir toda clase de sentimientos como el amor, admiración, aceptación, pero también podemos matar su autoestima, sus esperanzas, condenarlo al fracaso.

Incluso con nuestra propia persona: las palabras que verbalizamos o las que pensamos nos están creando cada día. Las expresiones de queja nos convierten en víctimas; las críticas, en jueces prepotentes. Si somos conscientes del poder de nuestras palabras, de su enorme valor y potencial, las utilizaremos con cuidado, empleándolas para compartir el amor.
Se impecáble con tus palabras, es el primer acuerdo al que se debe llegar si de verdad se quiere ser libre y feliz. Usemos la magia blanca de las palabras empezando por nosotros, díte a ti mismo que eres una persona maravillosa, dite cuánto te amas.

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