La Ventana.
A través de la ventana
vemos pasar la vida. La ventana es una metáfora y a la vez un símbolo. Su
propia forma, su esencia originaria da sentido literario a su existencia:
simplemente una abertura en la pared para dejar entrar la luz, para poder ver
lo que nos rodea.
Pero ventanas hay
muchas y de muchas formas, también aquellos medios de comunicación que representan el papel de la gran ventana
indiscreta de nuestro tiempo, a través de las cuales podemos formarnos una
opinión, ampliar nuestro conocimiento, indagar historias de la vida cotidiana como
son el cine, la televisión, el internet. Otras ventanas se convierten en
espacios por donde desfilan sentimientos y emociones como los libros, las
diferentes formas de expresión artísticas de pintores, escultores, músicos y
demás creadores de mundos imaginarios.
También existe el espejo, que de alguna manera es
también una ventana a la que nos asomamos y en la que solamente nos vemos a
nosotros mismos, pero a través de la cual el tiempo pasa más crudamente.
La fotografía constituye otra ventana para apropiarnos del
mundo, establece un juego permanente
con la mirada y con todos los utensilios que puedan convertirse en una
prolongación de esa mirada.
La ventana es una zona intermedia de
comunicación entre el interior y el exterior, desde alguien que mira al objeto
mirado, un espacio de comunicación, una
forma de asomarse a la vida de los demás… es simplemente el encuadre por el que
vemos el mundo.
“Personifica la
mirada, la curiosidad, la indiscreción, la espera vana y también la búsqueda de
la verdad. Pero sobre todas las cosas tal vez la ventana haya sido la compañera
más fiel de generaciones de melancólicos, de enamorados, de amantes
traicionados. La nostalgia, la melancolía y, en definitiva, la soledad,
acompaña a todos aquellos que pasamos gran parte de nuestras vidas mirando a
través de una, de cualquier ventana”.
(Rosa
Olivares/ “A través de la Ventana”/ Imagen y Cultura nº 26, Mayo / Julio 2007).
Ventana de Sueños.
Como todos
sabemos la visión a través de La Ventana depende de si la ventana es grande o
pequeña, si tiene muchos o pocos cristales, si el vidrio es opaco o claro, si
la ventana da cara a una calle o a un patio.
La Ventana
de Sueños, es un espacio donde contaré historias en imágenes, textos, de mis sueños y pasiones
que son los de muchos y que me hace muy feliz compartir … Un viaje por aquello
que me hace sentir la plenitud de la vida y el cuál no disfrutaría si no me
siento acompañada.
Aunque por
supuesto, las escenas que se desarrollen en la “Ventana de Sueños” dependen en
realidad del ángulo, el estado de ánimo y la capacidad de asombro con que cada
uno de Ustedes vean estas historia. La
idea es que fluya la belleza y dejarse llevar…
Tras la ventana
Tras La Ventana te observo. Grande y pequeño
a la vez. Pienso que debes ser el principal motivo para la realización de cualquier
sueño, por muy amplio e intangible que este sea.
Al plasmar
mis pensamientos, La Ventana está romántica empañada por el frío viento de este
año en pañales, pero eso no evita que te mire con asombro y compruebe que todo
esfuerzo vale cuando persigue regalarte un mundo indiscutiblemente hermoso.
Pero como
buscar hermosura ante los inevitables tonos grises de la vida. Como imaginarse
siquiera rescatar la ingenuidad y la espontaneidad de tu intensa mirada para
que uno pueda preciarse de ser sensible ante los acontecimientos cotidianos.
Creo
firmemente que todo depende de la actitud con la que uno vea el mundo. Esa
apertura de criterio, esa posibilidad de ventilar espejismos y aclarar
inquietudes, ese positivo deseo de profundizar en los hechos.
La Ventana
siempre ha sido para mí fuente de conocimiento, una fiel compañera en la
aventura de descubrir cuanto me rodea. Recuerdo cuanto peleaba que me
concedieran un cuarto con visión al exterior y cuando por mala fortuna me tocó
una habitación completamente cerrada. Cuanta desesperación a pesar de contar
con mis propias fuentes de comunicación.
Por eso mi
obsesión por los espacios y criterios abiertos. Por eso estoy convencida de que
La Ventana puede llevar esperanza aún a los reclusos. Esos que no poseen otra
cosa más que su libertad de pensamiento.
Al concluir
la tarde, hecho una ojeada más al exterior. Advierto una multitud en la calle.
Camina vacilante y aturdida por una ciudad donde los problemas crecen y las
soluciones tardan. Nadie percibe mi
inquieta mirada.
Entonces te
vuelvo a encontrar, tu sonrisa se eleva sobre aquellos seres sin rostro.
Aquellos que no saben arrebatarle a la naturaleza sus encantos, esos que viven
monótonamente atormentados por la crisis del universo. Entre todos ellos sólo tú
pareces entender mi pasión por la vida. Sólo tú que has logrado conservar ese
valioso corazón de niño.
Adriana Vázquez Jaramillo/Revista “A través de La Ventana”/Enero 1994.