lunes, 5 de mayo de 2014

Florecer y aceptar las diferencias

Hola, buen día!! Florecieron mis agapantos... y eso me puso muy feliz, sin embargo, encontrarme en la red con claras muestras de intolerancia, me regresa a la cruda realidad de este mundo virtual.


Todos pensamos diferente, de acuerdo a nuestra educación, al ejemplo de nuestros padres, al lugar en que crecimos. Algunos tenemos una religión, tuvimos la oportunidad de ir la Universidad, pero eso no cuenta, si no aprendemos a respetar los distintos puntos de vista de las personas, creyendo que lo que pensamos es la única verdad.

¿Quién soy yo para decirle a los demás que tienen que hacer, cómo deben pensar, qué actitud deben tomar ante la vida?. Uno comparte lo que le ha funcionado, pero nunca con el afán de imponer nuestro juicio, nuestra ideología o nuestros gustos.

Lo que siempre defenderé es el derecho a opinar, a decidir qué camino vas a tomar, a expresar libremente tus ideas... pero hasta en eso hay límites, si se pierde el respeto y se hace uso de la violencia verbal, entonces no hay posibilidad de acuerdo en ningún tema que busque mejorar nuestro entorno.

Y bueno, ya me desahogué, realmente no me afectan como antes los comentarios insulsos, necios, enfadosos que te encuentras en la red, pero tenía ganas de opinar y bueno va para quien se ponga el saco. 


Ahora les presumo mis flores, este año volvieron a florecer mi agapantos, regalándome ese color violeta azulado que tanto amo en las flores y en todo. Les confieso que apenas aprendí que se llama agapanto, un lirio de origen africano conocido como la planta del amor.  ¡Qué tal!! 

¡ Cosas simples que me hacen feliz y que agradezco! 

Les mando un abrazo!

  





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